Author: Motorizer
•jueves, octubre 30, 2008


"Gran Alpinista y mejor persona". Así comenzaba la presentación de esta mujer con todas las letras, pues pese a su juventud, ya ha vivido grandes experiencias en varias cordilleras de todo el mundo, centrándose, al ser fichada por Al Filo, en el Karakorum. Recién regresada del Himalaya tras conseguir su tercer ochomil, nos presentó su documental Montañas del Mundo, un repaso a su corta pero apretada e intensa trayectoria de ascensiones impresionantes, destacando las aristas de Peuterey o sus expediciones a la Antártida y dos ochomiles. Emotivos a veces, como la caida desde 15 metros en una cascada en el caribe, que costó la muerte a su compañero (éste cayó desde 80 metros) y una retirada durante año y medio de la actividad alpinística, como impresionantes otras.

Al final, nos inmortalizamos con ella, tras la entrega de placa conmemorativa por parte de Jean-Claude. Le deseamos un gran éxito en su carrera y que siga sumando triunfos.


Author: Fox Mulder
•sábado, octubre 25, 2008

Con puntualidad británica salimos hacia Paterna Luigui, Ana, Belén, y yo; pasando por la Ciudad del Transporte para recoger a Manolo y María José. El destino de esta jornada de relax/captación era el Castañar de Paterna, un lugar mágico en otoño y que se va convirtiendo en una de nuestras rutas fijas anuales. Este año, quizás, la visitamos demasiado temprano y los colores del otoño no estaban aún en todo su esplendor; además, el cielo estuvo cubierto la mayor parte del día y, sin la luz que le dé intensidad a los colores, las estampas vivas, brillantes y luminosas que en otras ocasiones captamos con nuestras cámaras aparecían bastante apagadas en esta visita.

En una jornada como ésta un buen desayuno no puede faltar, y paramos en un bar céntrico de Laujar, donde ya hemos estado otras veces. Típico bar de café en vaso de caña, azucarillos, tostadas al peso, y filetes de jamón. Allí María José encontró gente conocida, Miss Simpatía 1927 me dio otro par de azucarillos por no darme de hostias, y Belén tuvo que lidiar con la señora que no encontró cobertura en otro sitio que el servicio de señoras del bar.

Después del "frugal" desayuno tomamos el desvío hacia Paterna, y más tarde hacia Balsa Grande, donde se encuentra el inicio de ruta. Aunque las predicciones daban un 70% de lluvia y siempre tuvimos la amenaza de nubes grises en el horizonte, sólo nos cayeron unas gotas a última hora del día. El ritmo era tranquilo y nos detuvimos las veces que hicieron falta para fotografiar los paisajes. Antes de descender hasta el valle del río Paterna tuvimos una "agradable" conversación con unos cazadores, que más parecían un comando exterminador del ejercito serbio que otra cosa, y que iban rodeados de una jauría de eléctricos perros de caza. Tomó la palabra en todo momento el que parecía el cazador más dicharachero del grupo, que nos preguntó por la salud, si eramos "senderistas" (¿fui el único que apreció un tono sarcástico en esa pregunta?), y nos advirtió de que la Guardia Civil estaba multando a quién pillaba recolectando castañas del suelo. Cambiando su rifle con ligereza de un hombro a otro, como el que se pasa la bolsa con la compra del Mercadona de una mano a otra, nos comentó también que habían abatido a un par de "marranillos" que habían dejado allí tirados para ir a recogerlos más tarde con el todoterreno.

En fin, dimos por concluida la conversación y tiramos monte abajo como auténticas cabras, aunque la verdad es que unas cabras hubieran elegido mejor el camino que nosotros. La bajada la hicimos por una vereda NO oficial, bastante asilvestrada por decirlo de alguna forma, y después de sortear varias zarzas y otras tantas pendientes pronunciadas nos cruzamos con la senda oficial casi llegando al río.

Un poco más allá nos dimos un atracón de moras, y ya junto al puente hicimos una breve parada: Luigui intentó reconstruir su mapa empapado por una fuga de agua en su camelbak, nos hicimos la foto de bandera adjunta a este post, y tomamos de nuevo la pendiente para comer ya arriba y evitar indigestiones por subir con el estómago lleno. Y en el mismo chambao donde a la ida nos tomamos el tentempie de media mañana, almorzamos brevemente (en el sentido temporal, claro, porque alguno hubo que se trajo el frigorífico de su casa a cuestas) y continuamos camino.

Casi al final de la ruta nos encontramos con un ejemplar enorme de gallipierno (Macrolepotia procera) cuyo sombrero es comestible y muy apreciado en cocina (¡mierda!).

Y para terminar, comentar el ataque aéreo sufrido por Luigui mientras hablaba por el móvil con su señora esposa: un castaño zafio y malandrín, pero con más puntería que Harry el Sucio con gafas de Alain Afflelou, lanzó uno de sus frutos en una trayectoria hiperbólica con premeditación, casi nocturnidad, y alevosía hacia la desprevenida testa de Luigui que encajó el impacto con la paciencia del padre que aguanta las pequeñas travesuras de sus hijos.

Sin más, nos vemos en la próxima, y os recomiendo el reportaje que Luigui ha publicado en Nevasport.
Author: Motorizer
•sábado, octubre 18, 2008



11 horas de pateo por las grandes alturas de Sierra Nevada es muy difícil de resumir en pocas palabras.

De nuevo madrugamos para partir hacía la Hoya de la Mora. Jesús, Manolo, María del Mar, Africa, Manu, Ana, un servidor y una rubia Rumana, conocida como Ursus, éramos los elegidos para la gloria: llegar hasta la lágrima de Sierra Nevada, la Laguna de la Mosca. No pudo ser, pero nos quedamos cerca.

Manu fue baja en el primer tramo del trayecto, consecuencia del esfuerzo físico del día anterior.

El resto de expedición conseguimos pasar, no una, sino dos veces el famoso Paso de los Guías, venciendo miedos personales.

Nos plantamos en el refugio de la Caldera, donde tuvimos oportunidad de conocer a varios miembros del Foro Nevasport.

Mientras María y Africa descansaban en el refugio, el resto nos dirigimos hacia la entrada del Gran Vasar del Mulhacén, desde donde divisamos nuestro objetivo, tan cerca, pero que dejamos para otra ocasión.

Volveremos.