Author: Motorizer
•jueves, agosto 28, 2008


Oye Jesús, tengo el traje de faralaes manchado de rebujito y no se me va la mancha, ¿qué tal si cambiamos el bailoteo de sevillanas por las botas y no plantamos en el Chullo? Po fale. Y allí que nos fuimos, salvando el fuerte viento de levante que nos regalaba 38 grados a las 4:30 de la tarde. Llegando al albergue de la Ragua, nos recibieron unos más que agradecidos 21 grados. La toma de contacto antes del final del verano, nos pone a prueba para ver los estragos que han hecho las tapas, los helados Magnum de doble chocolate y ese grifo de cerveza tan a mano en la cocina. Hemos aprobado con holgura logrando la subida personal más rápida hasta la fecha, y es que, estamos en tiempo post olimpiadas. No hay medallas, pero sí el premio de poder ver cómo se oculta el sol entre los gigantes de Sierra Nevada mientras en el techo de Almería se está fresquito.