Author: Motorizer
•lunes, noviembre 22, 2010

 P1010401

Ojú qué de gente hay. Y no, no es que haya un casting para figurante de Ben-hur "2, the return, ni que repartan entradas para ver gratis a la Beyoncé. El castañar de Paterna se ha convertido en un evento altamente atractivo, y por ello el efecto llamada que supuso convocar por distintos medios como las tan de moda redes sociales y los correos electrónicos ha hecho que hayamos batido record de asistencia, con personas de todas las edades, sexo, religión, afiliación política o simpatía por las chapas o las canicas.. Nada más y nada menos que 25 criaturas, y eso que al final hubo algunas desafortunadas bajas de última hora.

He de reconocer que estaba nervioso, nunca había estado en una concentración tan numerosa que hubiéramos organizado nosotros y no sabía como podía resultar la cosa; si seríamos capaces de afrontar lo que se nos venía encima, si la ruta estaría a la altura de lo que esperaban los que la visitaban por primera vez, si los horarios saldrían como deberían, si el tiempo sería bueno, si no nos atacarían jabalíes caníbales hambrientos, etc… Por suerte ahora estoy escribiendo estas líneas satisfecho casi al 100 por 100, tras haberme tomado mi también ya clásico cola cao caliente y en la comodidad de mi sillón.

El día ha acompañado, menos mal, sin una temperatura excesivamente baja, yo diría que incluso cálida y agradable para esta época del año, el castañar estaba en su  pleno apogeo y ha sido generoso con todos nosotros.

Como era normal, por el número de personas se hacía difícil quedar en un sólo sitio, y había dos puntos de partida obligados, dado las distintas procedencias de los integrantes de la marcha. De Canal Sur partíamos el grueso de Almería, con una inusual puntualidad siendo los integrantes: Jesús, Jaime, Sandra, Marc, Eva, Jorge, Salva, Lidia, Pablo, Mari Luz, Sera, Fernando, Rafa, Ana, Paloma, Paloma Jr. y un servidor (puf puf, los he dicho todos del tirón y sin respirar). Tras algunas presentaciones para darse a conocer los no conocidos, nos distribuimos en los coches de la mejor manera posible y partimos sin dilación camino de Paterna del Río. Si en cada coche hubiéramos puesto unos banderines hubiéramos parecido una comitiva oficial. No, no éramos la caravana de mujeres camino de Plan en busca de varones casaderos, pero sí que íbamos buscando plan, plan de patear y de disfrutar de un buen día.

pan_paterna_01

Llegamos al cruce de Balsa Grande tras pasar el pueblo de Paterna que hierve de bullicio con el mercadillo de los domingos. El castañar está en su máximo esplendor y conforme avanzamos con los vehículos se pueden observar algunos ejemplares de gran porte y gente bajo ellos recogiendo sus frutos. Hay animación por la zona, eso no se puede negar. Nos encontramos con la facción que proviene del poniente, casi hemos sincronizado nuestra llegada y cogemos el último tramo en coche antes de llegar al punto de inicio. La hilera de coches nos apostamos junto al depósito de agua y ocupamos todo la zona que hace improvisado aparcamiento.

173_7309

Manolo, Luis y su señora Lina, sus hijos, Marina y Luis, Jose y su hija Paula, y Ramón y Carmen completan la macroexpedición al castañar. Se vuelven a repetir las consabidas y obligadas presentaciones, como personas educadas que somos, y tras la foto de familia que tan magistralmente Manolo suele hacer, cogemos las mochilas, organizamos la caravana y nos enfilamos a la acequia, que inusualmente la vemos con poco caudal. Inmediatamente le echamos la culpa a la antiestética tubería que desvía su agua por su interior. Pero más adelante descubrimos que el origen más que probable de esa escasez de agua es el taponamiento que las hojas caídas de los castaños ha provocado en la propia acequia. De hecho, algunos excursionistas que nos encontramos intentan la titánica labor de aliviar la salida del agua, obteniendo como único resultado unos pies mojados y la moral hundida ante la evidencia de que la naturaleza puede más que nosotros. A partir de ese punto el agua fluye con generosidad aguas arriba.

IMG_3445El grupo se estira inevitablemente, somos muchos, vamos con niños y hay que ir adecuando ritmos a cada uno. Pero aquí no hemos venido a ninguna carrera, sino a pasar el día, a recoger castañas que más de uno y una se aprovisiona bien. La naturaleza es generosa con nosotros.

IMG_3437El discurrir por la acequia es llevadero, con  el rumor del agua, pero en algunos tramos hay que extremar la precaución, pues las laderas se han llevado parte del recorrido y hay cierta exposición al vacío, pero pasando con cuidado no hay el más mínimo problema.

IMG_3450 Igualmente, los pasos más complicados están perfectamente señalizados para poder vadearlos sin riesgo y volver de nuevo al camino, cosa que hacemos para facilitar a los niños que avancen sin mayor problema.

173_7303

La ruta va discurriendo por sitios de gran belleza, aquí los protagonistas son los maravillosos castaños, los ocres y amarillos de la hojas, los helechos (los cuales han conocido tiempos mejores, todo hay que decirlo) y sobre todo el agua. Nos cruzamos con algún grupete de excursionistas y poco más. No es una ruta muy concurrida.

148157_169624786394498_100000409334527_445605_3932856_nIMG_3449

El punto de inflexión es cruzar el pequeño barranco donde existe una cascada, tal vez el momento más “entretenido” y donde hay que poner más atención. Pero una vez resuelto el problema volvemos a la acequia y al lento discurrir de su agua.

IMG_3456173_7312 IMG_3460 173_7323_fused

El estómago va avisando y casi sin darnos cuenta llegamos al fin al de la ruta, con  una maravillosa atalaya donde poner nuestras posaderas y dar cuenta de nuestros manjares. Aquí comienza un despliegue sin igual de variedad de bocadillos, frutas y postres mientras el sol nos calienta agradablemente.

IMG_3475

Son de esas veces que te pegarías un atracón campestre de órdago y lo rematarías con una siesta de campeonato. De hecho, Jorge estuvo a punto de hacerlo. A parte de Spiderman que apareció por allí, ninguna otra visita tuvimos.

76140_1474416103781_1335032160_31083586_5750057_n

Desde aquí ya se plantea hacer un pequeño y yo creo que necesario cisma. La intención inicial era volver por el mismo sitio,  pero el sector que vamos con niños entendemos que es mejor tomar la pista forestal que va más arriba y que es más segura para los pequeños. El resto tomará la acequia de nuevo.

73870_169623466394630_100000409334527_445599_2564891_n77115_169623106394666_100000409334527_445596_594207_n155957_1609298865686_1032647566_31571747_6546406_n

Así que mientras unos regresan por la acequia y el castañar, el resto tomamos el carril, donde somos abordados por Miss Robinson y Mister Jenkins, y sus octogenarios amigos de club de cricket de Ham-and-chee-shire, que nos preguntan si van bien para llegar a Paterna, claro está a través de su intérprete con acento de vieira y albariño. Tras darles las indicaciones oportunas, remontamos una dolorosa cuesta que nos recuerda lo que decían nuestras madres, que después de comer hay que reposar la digestión. Menos mal que después de ese no deseado postre, pronto el camino se suaviza y ya todo es ir cuesta abajo, cosa que anima mucho a los niños para que vayan paseando.

IMG_3496IMG_3495Castañar_Pano_001

En poco más de una hora estamos llegando a los vehículos, siendo para sorpresa nuestra el mismo momento en el que el grupo de la acequia asoma la tocha de entre los árboles. Igualmente ha habido sincronización. El día no puede ser más perfecto, bueno sí, que nos hubiera tocado algunos milloncejos en el cupón del viernes, pero en fin, como eso no pasó, lo ha sido de todas maneras, somos millonarios de otras cosas.

IMG_3504

IMG_3505Algunos que tenían más prisa y obligaciones, ya se han ido, pero el resto decidimos ir a Paterna a tomarnos algún cafelillo y celebrar lo bueno que ha sido el día, y así lo hacemos en la plaza del pueblo, donde el puesto de mantecados y turrones nos abre los ojos, y de nuevo los estómagos. El turronero maneja con maestría el bloque de turrón duro de colosales dimensiones, el cual da forma con cincel y martillo, y en algunos casos con un barreno del quince. ¿Granito o turrón? he ahí la cuestión. Su contundentes y certeros golpes moldeando ese pequeño Gibraltar de aglomerado de almendra, miel, azúcar, huevo y hormigón retumban en todo el valle del Andarax hasta el mismísimo pueblo de Alhabia.

Tras el café en el bar de la  plaza, salimos a la misma y mantenemos una amena conversación antes de irnos. Toca la triste despedida y con los besos, abrazos, dolorosos llantos, nos decimos adiós, no sin antes prometernos que no nos olvidaremos los unos de los otros, que todas las noches repasaremos el día tan maravilloso que hemos disfrutado hoy, y que cuando el estornino cante en la rama de nuestro arce en primavera, una lágrima saldrá de nuestro rostro en honor de nuestra amistad. Vamos, en pocas palabras, que nos despedimos y cada mochuelo se fue para su olivo que se hacía tarde.

En resumen, un buen día de un sano pateo en un espectacular paisaje, más propio de un decorado y que tenemos la suerte de tener en nuestra tierra.

This entry was posted on lunes, noviembre 22, 2010 and is filed under , , , . You can follow any responses to this entry through the RSS 2.0 feed. You can leave a response, or trackback from your own site.