Author: Motorizer
•sábado, noviembre 29, 2008

Refugio Peñón Negro Día infernal; los galos debían estar escondidos en lo más recóndito de sus casas, por miedo a que el cielo cayera sobre sus cabezas. Y nosotros parecía que les habíamos robado su poción mágica. Viento, frío y una lluvia intensa intentaba desanimarnos para no estrenarnos con las raquetas. Tres jinetes del Apocalipsis meteorológico querían intimidarnos, pero es que, no todos los días se tienen la oportunidad de tener tanta nieve a nuestra disposición, y unas raquetas para probarlas.

De Almería a las cumbres de los Filabres, teniendo que poner cadenas a medio trayecto. 11 valientes a modo de expedición himalayista partimos desde el refugio del Peñón Negro, entre una fuerte ventisca, hacia las Piedras del Deseo. Únicamente cuando se pasaba entre los pinos, podíamos respirar tranquilos y soportar la sensación de frío. Tras llegar al refugio de Piedras del Deseo, cerrado a cal y canto, y almorzar, regresamos al punto de partida por los helados páramos. Aquí el grupo se segregó, entre los que regresamos a casa, al calor del hogar, y los que decidieron pasar noche toledana al lado del tímido fuego de la chimenea del refugio.

Una grata y sufrida experiencia.

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