Author: Motorizer
•sábado, noviembre 08, 2008

Tras las bajas de última hora, lejos de amedrentarme, y eso que no soy muy amigo de hacer cosas en solitario, me animé a subir este magnífico sábado, luminoso y radiante a la Ragua, camino de nuestra cima señera, el Chullo. Hasta el infinito y más allá, partiendo del nivel del mar hasta los 2.610 m.s.n.

Madrugué de forma relativa, sin prisas y sabiendo que no debía regresar muy tarde. La llegada el Puerto fue recepcionada por una manada de cabras montesas de corta edad que se encontraban en mitad de la carretera. En el aparcamiento partían unos ciclistas hacia Trevélez mientras sus sufridas esposas a modo de coche escoba lo hacían por carretera.

Nieve, y más nieve, eso es lo que se puede describir de esta ascensión. Me tocó abrir huella (porque la que dejó el zorro la noche anterior era una simple marca del camino hasta la cima). De todas las veces que la he hecho, ésta es la primera en solitario y en la que la cima estaba sola para mí. Hasta que llegó otro montañero cordobés con el que estuve charlando y me bajé justo a tiempo antes de que una numerosa horda de personas hollara el Chullo.

En resumen, buena ascensión con gran cantidad de nieve y con ganas de volver. ¿Para cuando la próxima?
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