Author: Anónimo
•domingo, julio 08, 2007
A la altura de año que nos encontramos parece que cualquier actividad en la Naturaleza debería estar relacionada con el agua, y/o con la cerveza. La visita al karst en yesos de Sorbas no tenía ni lo uno ni lo otro (bueno, un poquito de agua si que había, pero na, la justa para darle emoción a los saltos) y, sin embargo, ¡qué fresquito hemos pasado!

Entrar en el interior de la Tierra no es comparable con ningún aire acondicionado, ni el más potente, ni el más silencioso, los supera a todos. Independientemente de encontrarnos, en algún punto de recorrido, con 50 metros de arcilla y yeso entre el justiciero Sol y nuestras cabezas, la humedad del aire, y la suave brisa que recorría las galerías, invitaba a encadenarse a alguna estalagmita y pasar ahí el resto del verano.

Esos 50 metros a los que hacía referencia encierran los 3 primeros niveles de galerías, de los 7 niveles cartografiados (menos mal que me acordé de la palabra), hasta llegar a los 120 metros de profundidad en Covadura, nuestra primera etapa, un breve y fácil paseo por una galería donde se encuentran unas de las formaciones más espectaculares del karst en yesos de Sorbas: estalactitas, y estalagmitas, de diferentes formas y colores, cada una con su nombre que identifica estos fenómenos kársticos de forma bastante descriptiva, como "punta de flecha", "piel de borrego", etc. De forma, también bastante descriptiva, se denominaban las diferentes salas por las que fuimos pasando, como la sala del "fakir", la de la Alhambra, o la "boca de ballena".

Pilar, nuestra guía, nos ofreció datos precisos durante el recorrido acerca de las simas, geodas (o falsas geodas), dolinas, y otros tantos términos que, o bien se quedaron adheridos al casco, o bien desaparecieron con tanto golpe en la cabeza. Ahora que para golpes en la cabeza los que se dio una chica que venía en nuestro grupo, que dejó una hilera de muescas en todos los techos que bajaban de 1'50 metros.

La cosa se complicó un poquito al llegar a la parte más técnica del recorrido, pero en general, es esfuerzo físico requerido no era mucho. Sin embargo, sí eché de menos cierta elasticidad en algunos momentos, o disponer de unas piernas un poco más largas. Los pequeños obstáculos que nos fuimos encontrando los fuimos superando con mayores o menores aprietos, aunque sí se hubiera agradecido más ayuda por parte de Pilar acerca de como salvar ciertos pasos comprometidos, que lo eran aún más por la presencia de agua que hacía la piedra más resbaladiza si cabe.

Si queréis conocer lo que hemos visto de una forma más técnica, podéis acceder a la información de la Wikipedia, pinchando aquí, o en muchos otros sitios a través de internet como éste , o este otro.
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