Author: Fox Mulder
•jueves, mayo 01, 2008
La Alpujarra nos va surtiendo poco a poco de sus tesoros más escondidos, pequeñas joyas en las que el tiempo parece haberse detenido y que nosotros disfrutamos como el mejor de los regalos que nos puede ofrecer tan bella comarca.

Ha pasado más de un año desde que comenzamos con el primer tramo de la Ruta Medieval el pasado 7 de Abril de 2007. Han sido en total cuatro intensas jornadas de senderismo que concluyeron ayer tras recorrer el tramo que discurre entre Pórtugos y Busquístar. La guinda la puso el descubrimiento del puente que nos sirvió de inspiración para realizar los cuatro tramos en los que esta ruta se descompone. Lo curioso es que para llegar a este puente se accede desde Busquístar, a través de un camino que no pertenece a la Ruta Medieval, y que desciende desde el pueblo al río, para después ascender por una escarihuela al otro lado del valle.
El madrugón en el Día del Trabajo nos lo pegamos Angel, Noemi, Luigui, Olga, y yo, algunos con las huellas de los crampones todavía en los pies. Empezó el atracón de curvas a las 7 y cuarto de la mañana, y no precisamente de curvas como las de Jessica Alba. Parón a desayunar en Trevélez, y de seguido hasta Pórtugos, donde iniciabamos la ruta. Descendimos por Atalbéitar hasta Ferreirola, y el terreno nos empezó a resultar conocido a algunos (hace apenas mes y medio estuvimos por aquí).

Un primer intento de localizar el puente: infructuoso. Llegamos hasta el río a través de una vereda que descendía desde un punto a un kilómetro de Busquístar, pero lo que encontramos allí no era ningún puente. Vuelta al camino, y acelerando que se nos echaba el tiempo encima y no teníamos ni idea de dónde encontrar el dichoso puente. Entramos en Busquístar, que estaba de fiesta, y sus empinadas callejas nos llevan hasta la plaza del pueblo. Allí, y tras una pequeña parada técnica, continuamos por el sendero en dirección Portichuelo de Cástaras, a ver si por allí dabamos con otro sendero que nos llevara al río. Avanzamos pero no encontramos ninguno, sólo caminos particulares. Un pastor que estaba allí nos dijo que puentes sólo conocía dos, el que ya habíamos visitado viniendo del Portichuelo de Cástaras el pasado día 15 de Marzo, y otro bajando desde Busquístar, pero que él no sabía nada de arcos ni piedras, decía que el puente era de madera. Y es que mi descripción del puente no era muy precisa.

De vuelta en Busquístar encontramos un sendero señalizado que bajaba hasta el río y una escarihuela al frente, nuestro último cartucho. Bajamos, y allí estaba, esperándonos, al principio dudas, luego casi la certeza de que se trataba del anhelado puente. Paramos a comer junto a unas rocas al otro lado del río, y tras una breve sobremesa y las fotos para la posteridad, emprendimos camino de regreso a casa.

En fin, misión cumplida. Atrás quedan las tostadas de jamón de los pueblos de la alpujarra, y la Maestra Cortadora de Jamón de Juviles; la señora del "un tío con cojones..."; las penurias de realizar una ruta en sentido inverso; la fuente de la gaseosa y otras muchas fuentes; fachadas encaladas, pueblos con calles empinadas, Juviles, Nieles, Cástaras, Busquístar, Ferreirola, Atalbéitar, Pórtugos; extensos prados verdes, mucha vegetación, y agua, agua por todos lados; el "restaurante"; un buen montón de espectaculares imágenes para el recuerdo, y la promesa de volver algún día.
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