Author: Motorizer
•domingo, enero 23, 2011
IMG_4707

Día 1.

“De cómo unos aguerridos montañeros pasaron un fin de semana en Sierra Nevada aprendiendo nuevos menesteres en la sabia y honorable ciencia del uso de la ascensión de cumbres”.

Sana y divertida alternativa para no caer en el tedio y de paso afianzar conocimientos sobre este nuestro medio favorito. Hacía tiempo que habíamos propuesto tener la costumbre de por lo menos una vez al año hacer algunas jornadas donde repasar y practicar distintas técnicas para desenvolvernos lo mejor posible en terrenos complicados.

La nieve es nuestra amiga de juegos, pero no es una amiga fácil, y a veces puede ser traicionera, como ese compañero de cartas que es capaz de mirar por encima de tu hombro y ver qué mano llevas. Y no se puede permitir que nos gane haciendo trampas o mejor dicho, siendo descuidado.

Lo principal fue reunir a un montón de buena gente, dispuestos a pasar dos días oyendo las instrucciones de Sera y un servidor acerca de multitud de conceptos, materiales, técnicas, etc, etc… Y así conseguimos engañar a unos cuantos: Piedad, Isa, Jose Gabriel, alias “No sin mi bici”, Jesús, Jorge “Calleja” y Jose, alias “el del Corte Ingléh”. Salvo los dos últimos que vendrían más tarde, el resto nos encaminamos hacia Granada con un madrugón de esos de campeonato, tremendo, de cuando no están puestas las calles aún, y la gente vuelve de marcha.

Teníamos pensado dormir en la Zubia, ya que otro alojamiento más cercano se hacía prohibitivo. En el camino paramos a desayunar y coger fuerzas para lo que se nos avecinaba. No paran de subir coches con los esquís en la baca, pero por ahora el chorreo es asumible. Llegamos a buena hora, justo antes de que comenzaran a llegar los colectivos familiares cuyo objeto de ocio es un gran plástico que suele atraer los abismos, junto a un mosaico de moratones de recuerdo.

Era obligado llevar también toda la cacharrería propia de las actividades invernales, y ahí estamos el grupete, con sus cascos, sus arneses, sus crampones y sus piolets en la Hoya de la Mora. Buscamos la bajada hacia una zona por detrás de los Peñones de San Francisco para encontrar un sitio donde instalarnos y poner todo el tinglado. Hay mucha nieve, y el día es espectacular.

IMGP0093 CIMG0498 CIMG0502 IMG_4572

Sera, atraído por el canto de sirena de la proximidad de la Cascada de los Militares nos va llevando a sus cercanías y a apenas 50 metros de ellas empezamos a sacar cuerda y demás historias. Nunca he visto a alguien que fuera capaz de estar explicando las técnicas de autodetención mirando con uno de los ojos a los pupilos y con del otro diseccionara cada una de las grietas del hielo de la cascada. Bueno sí, a Fernando Trueba sí que lo veo capaz.

IMGP0097

La cosa empieza a animarse, probando las distintas posiciones de caída a modo de un kamasutra alpino. Unos montañeros con los coincidimos vienen buscando un crampón que se le ha caído a uno de ellos, pero por ahora no tienen suerte. Han estado repasando por distintos itinerarios a ver si lo encontraban; los resultados son negativos.

IMGP0098 IMGP0099

Nosotros seguimos explicando cómo coger el piolet, progresas en la nieve, hacer rápel con la cesta y con el ocho, vamos, lo típico que cualquier manual  y monitor cualificado puede ilustrarnos. No somos expertos, por supuesto, pero intentamos poner toda nuestra mejor voluntad y nuestro conocimientos en enseñar lo más básico, dejando claro que cualquier curso oficial siempre será imprescindible y nuestras “enseñanzas” nunca podrán sustituirlo.

IMG_4587 IMG_4589 IMG_4591 IMG_4597

Es la hora de la comida y cada uno saca sus provisiones. Y claro, Jose no puede dejarlo estar y traer un común bocadillo envuelto en papel de aluminio. Su logística va más allá, y como todo un superviviente, curtido en los más extremos hábitats del planeta, despliega un conglomerado de utensilios, como un hornillo, su plato, sus cubiertos… y su lata de cocido, que pese a las gélidas temperaturas consigue calentar. Sus tripas agradecen ese gesto bajo nuestra atenta y envidiosa mirada.

IMG_4593 IMG_4675IMG_4676

Sera sigue con su vista fija en el hielo, y de repente pega un felino salto en el aire, con doble tirabuzón, rueda hacia arriba desafiando la gravedad y agarra la cuerda mientras me dice que monte yo reunión con la otra cuerda, que se va para la cascada. En menos de 10 segundos está a pie de vía, extendiendo el cuello hacia la verticalidad. Ha pillado sitio y ya está conversando con otros escaladores que están picando hielo. Y en menos tiempo aún, ya tiene montada la reunión. Ala, todo el mundo a probar la escalada en hielo. Hay  nervios y expectación.

IMG_4605 IMG_4606

Jorge y Jose L. dan señales de vida, diciendo que están por allí arriba. Y le digo que cuando estén en la Hoya de la Mora me avisen. y voy a por ellos; mientras el resto ya hemos cambiado de ubicación. Hemos empezado a probar el hielo por primera vez, y la sensación es indescriptible. Para todos sin excepción es nuestro estreno, y cada uno lo afronta de su manera más personal.

Sera hace los honores asegurado por mí, y el repiqueteo del piolet sobre el frío hielo suena a gloria. Todos estamos atentos ante cómo evoluciona hacia arriba.

IMG_2373 IMG_2372

Las cámaras comienzan a inmortalizar este histórico momento donde hemos vuelto a dar otra vuelta de rosca. Cuando me llega el turno me enfrento al hielo, a la pared. Esto no es roca, es algo aparentemente más frágil. Por eso mis primeras pegadas son con menos fuerza que una lata de Sprite abierta hace dos años. Hay que darle duro, que el piolet se clave con garra, que te sientas colgado de él. Y así lo hago, y cambia radicalmente la progresión por la pared azul. Aún no nos estamos creyendo que estemos ascendiendo por hielo, y en las caras de satisfacción se nos nota.

IMGP0148

Luego va Jose, que sube con maestría, al igual que Piedad e Isa, ésta última toda una campeona, que para ser su primera experiencia invernal se estrena nada más y nada menos que con una pared de hielo.

 

IMG_4626 IMGP0173CIMG0533

Le toca el turno a Jesús, y todos, sin excepción lo miramos… lo buscamos, y lo encontramos, oculto tras su nerviosa sonrisa, como diciendo, no, si eso ya voy yo mañana. Pero le echa valor y toca la fría pared, la tantea, la estudia, la escucha. Mientras tanto, ya le hemos atado el arnés a la cuerda. Como si de Lluvia de Estrellas se tratara se despide de nosotros y enchufa hacia el infinito y más allá. Pronto toma confianza y sus movimientos se van haciendo cada vez más certeros. Lo ha conseguido y le espera el Aneto, el Urriellu y lo que le echen.

IMG_4642 IMG_4651

Vuelvo a recibir una llamada de Jorge. Acaban de llegar Jose y él, así que me dispongo a subir a por ellos y traerlos hasta la pared.

IMG_2411

Jorge llega como una moto y se enchufa al arnés y comienza a pegar pioletazos al hielo, no sabemos si porque quiere hacerse un cubata rápido o qué. La vía se le queda pequeña al muchacho que quiere más, y cuando llega casi a la reunión pregunta que por dónde se tira.

IMG_4680 IMG_4687

Aunque no hace viento, a la sombra sí que se nota el frío, pues llevamos todo el día bajo cero. Volvemos donde teníamos nuestros pertrechos y hacemos alguna práctica más. Jorge se escaquea de los nudos, y nos tememos que le va a quedar para septiembre.

IMG_4694

El tiempo pasa volado y cuando nos percatamos es hora de que vayamos recogiendo el material. Todavía tenemos que bajar al camping e instalarnos en las cabañas reservadas.

Nos escapamos por los pelos de bajar con la caravana que sale de la estación de esquí. Pero antes de la Zubia tenemos algo pendiente que ha surgido más arriba: en relativamente poco tiempo nos dejamos caer para Cenes y nos vamos de compras a Nivalis; toda una superficie dedicada a los deportes de montaña para deleite de nuestros ojos y sufrimiento de nuestras carteras. Las tarjetas de crédito se esconden en lo más intrincado e inaccesible del cuero de nuestras billeteras, y por suerte para ellas, ahí se van a quedar.

Miramos todo, lo tocamos todo, nos ilusionamos con todo, pero no compramos nada y eso que nos ahorramos. Jorge es enamoradizo y se queda prendado por una estilizada prenda roja y negra, pero no da el paso de entrarle, se queda con las ganas, y el sun sun durante el trayecto siguiente en el coche es de lamentaciones de si debería o no habérsela comprado. A día de hoy puedo afirmar que sigue enamorado de esas mallas Grifone.

El camping espera y fichamos a la entrada, nos distribuimos en tres cabañas de madera. Una duchita algunos, y nos disponemos a cenar. Graciela me ha llamado y me dice que cuándo y dónde nos vemos. Nos honra con su presencia, aunque está tocada de la garganta.

Yo he comprado una bolsa de soja frita, y no sé si es efecto de tener los labios cortados o que en vez de sal, las puñeteras llevan guindilla picante, porque pronto tengo esos labios como los de Carmen de Mairena. Hasta algún “oye chato” sale de mi boca. Jorge me ofrece una cerveza que ha traído su hermano de Alemania, que tiene 10 grados y es de un litro. Pretende tumbarme como a un elefante en una cacería en Massai Mara. Sólo puede caer una y ya me modero con cervezas más livianas.

IMG_4698

Pasamos un buen rato de tertulia-cena, comiendo y cogiendo fuerzas para el día siguiente. Hay planes de repetir por la zona, hacer algún corredor, y Sera insiste si no podríamos volver al hielo, que como que no le ha gustado al muchacho (ni a nosotros tampoco).

Consultamos el tiempo y comprobamos que con todo lo bueno que hemos tenido hoy, parece que ya hay suficiente. Dan nieve para el domingo, así que nos proponemos no arriesgarnos en demasía e improvisar sobre la marcha. Y ahora, al sobre que espera otra intensa jornada.

Día 2:

“De cómo nuestros intrépidos montañeros afrontan las inclemencias del tiempo y el meteoro y salen airosos, henchidos y victoriosos, resolviendo con valientes y heroicas hazañas de otras alternativas igual de interesantes”.

Amanece. Hemos descansado y toca desayunar. Para nuestra sorpresa, no es que únicamente el cielo esté encapotado, sino que también nieva en Granada. Mal presagio. El caer de finos copos de nieve nos hace pensar que arriba estará la cosa peor. Pero tras hacer gabinete de crisis decidimos que le tiramos, y si la cosa se pone fea, para abajo.

Nos hacemos la foto de bandera, metemos las cosas en los coches y pagamos la estancia. Hay que subir antes de que las hordas de esquiadores y domingueros nos aborden. Por suerte, el tráfico es relativamente fluido, y llegamos bien a la Hoya de la Mora, encontrando aparcamiento en el margen de la carretera. Hace frío, nieva pero se puede estar, eso sí moviéndose, porque cuando uno para, se empieza a meter por las costurillas de la ropa un biruji traicionero que te obliga a pegar saltitos como los Teletubbies.

No hay perspectivas de hacer hielo. Unos pucheros provocan en el semblante de Sera que dos tiernas lagrimitas broten de sus ojos. Piedad es la primera que lo consuela, dándole unas tímidas pero cálidas palmadas en la espalda, y pronto nos sumamos el resto del grupo para abrazarlo y hacer terapia de grupo. Hemos sacado del borde de la depresión al bueno de Sera, no caerá en drogas ni alcohol para superar esto. Me llamo Sera, y soy picador de hielo.

IMG_4711 IMG_2425IMG_4722

En fin, ya que estamos allí se propone hacer un corredor sencillito de los que hay a la espalda del Albergue Universitario, y allí que nos dirigimos, bajo la copiosa nevada, que lejos de incomodarnos, agrega cierto atractivo alpino a la actividad. A falta de pan, buenas son tortas.

IMG_4730 IMG_4743

Elegimos un corredor muy bonito, con un incipiente patio pero bastante asequible. Lo justo para quitarnos el gusanillo de hacer algo en el día. Todos los pupilos están pasando con nota el fin de semana, y se les ve entusiastas en afrontar todo lo que se les propone. Jorge se convierte en nuestro particular “Jorge Colleja” grabando en vídeo algunas escenas que servirán para inmortalizar grandes momentos. Llegamos a la cumbre y nos congratulamos enfrente de la cámara. Y ahora, a los coches.

DSC03870

Con todo el dolor del alma nos vamos, pero antes paramos en un bar de la carretera donde degustar una cerveza fresquita y una tapa (y algunos comprar algún recuerdo en forma de Virgen de las Nieves). En las caras se nos ve que hemos pasado unos días muy buenos, que el tiempo no nos ha hecho mella, sino todo lo contrario, y que el buen ambiente ha sido la nota predominante. Esperemos que el año que viene haya más.

DSC03872 IMG_4763

Ahora nos quedaba la dura tarea de evaluar a los alumnos, comprobar a la vista de las actividades de ellos sin son merecedores del diploma acreditativo del Primer Curso de Iniciación al Alpinismo de AFP. En nuestra opinión, lo superaron con creces. Aunque Jorge, todavía quedan pendientes los nudos. Pa’ septiembre.

Practicas_Pano_001

This entry was posted on domingo, enero 23, 2011 and is filed under , , , , . You can follow any responses to this entry through the RSS 2.0 feed. You can leave a response, or trackback from your own site.

2 comentarios:

On 29 de julio de 2011, 13:28 , LOsvIAjEsdEgArbAnzO dijo...

que guay... Lo pasamos genial... A ver si nieva ya de una vez y se hielan las cascadas... jejeje!

 
On 30 de julio de 2011, 23:20 , Anónimo dijo...

Jajajajajajajaja buena buenisima, ahora si se me han saltado dos lagrimones como puños no he parado de reirme!!!!

Esta temporada que viene, mas