Author: Fox Mulder
•domingo, mayo 17, 2009
Bueno, sí que ha pasado tiempo desde que escribiera aquí por última vez. Una pena, porque la ruta de hoy es de las que hacen afición. Y encima la climatología estuvo de nuestra parte... en exceso quizás, porque más de uno que pasa de pringarse con protectores solares y mariconadas de esas ha vuelto como una gamba a la parrilla.

Salimos de Canal Sur a las 8 Olga, Antonio, Luigui, y yo, rumbo a la Sierra de Baza. Pero antes parada técnica en el Montellano, donde el jefe nos tiene preparado otro show marca de la casa, empezó hablando de piononos, y ya había perdido el hilo del monólogo cuando escuché algo de "guarra", y "se traga las pollas dobladas". Hay que decir que cada vez encuentro su estilo más depurado, e incluso esta mañana se permitió el lujo de hacer publicidad de su pata de cordero. Un maestro, vamos.

Bueno, el plan era localizar el Pino de la Señora, oculto en algún recóndito lugar del Barranco de la Fonfría en la Sierra de Baza, pero allí mismo, Antonio, mientras digería su pionono, nos plantea una ruta alternativa por la zona sur de la Sierra de Baza, el objetivo: un bosque de álamos centenarios.
Yo, que para estas cosas soy muy matemático, pienso para mi mismo y mis adentros: "¡Cómo está Megan Fox!", pero también pienso: "¿Será posible que Olga me haya perdido mi chambergo?", pero entonces aprieto los ojos, que se me ponen como a Jackie Chan, hago un esfuerzo supremo por concentrarme, y pienso: "ya he ido a buscar el Pino de la Señora dos veces, y las dos veces me volví sin encontrarlo; y ahora hablamos de un bosque entero... (bosque > árbol) => más fácil encontrar bosque. Sí, seguro...". Así que tras una breve indecisión, la ruta alternativa triunfa.

A la altura de Fiñana cogemos el desvío a Escúllar y entramos en la Sierra de Baza por la puerta de atrás, que es la nuestra, como para todo en Andalucía. Y con los mapas y el GEPE-EZE no nos resulta difícil encontrar el inicio de la ruta, que para nuestra tranquilidad se encuentra perfectamente señalizada.
Esta era la primera ruta que coincidía con Antonio, dícese del hombre con una Wikipedia en la cabeza, Antoniopedia, o Wiki-Antonio. Y no habíamos andado mucho, de hecho fue durante una parada en el camino, cuando me di cuenta que esta ruta iba a ser diferente: no sólo nos ibamos a divertir, sino que además ibamos a aprender un montón de cosas. Que Antonio me perdone que ya mi cabeza no rige como antaño, y no me llevé para tomar apuntes, así que un montón de cosas que dijo no las podré reflejar con exactitud en esta crónica... por no decir, que es que ni las podré reflejar.

Como os digo, esa pequeña parada que hicimos con objeto de inmortalizar imágenes de nuestra Sierra Nevada, se convirtió en una clase magistral de botánica. Y donde antes hubiera visto simplemente verde que es mejor no pisar para que no se enfade Luigui ;-) ahora veía innumerables variedades de flores y hierbas, algunas incluso de excelente sabor para infusión. Esto es algo como cuando Neo comprende Matrix, pero en ecológico... pero qué gilipolleces digo.

Bueno, estamos ya dispuestos, comenzamos a andar, me hecho la mochila a la espalda y las dos contracturas aguantan el envite. El sendero es muy bueno, y nos planteamos repetir en bici, y discurre en todo momento entre frondosa vegetación, rumor de agua, y canto de pájaros e insectos. Son escenas absolutamente bucólicas. Las cámaras empiezan a echar humo.

Grandes ejemplares de árboles flanquean el camino a nuestro paso, aportando sombra y color, y de vez en cuando, centenarias construcciones semi-derruidas se asoman a un claro en el camino. Además de vegetación nos topamos con algunos batracios que salen espantados al vernos, sólo un pequeño renacuajo se deja fotografiar.

Algunos árboles son de proporciones tan espectaculares que hasta Antonio queda sorprendido, como ese cerezo al que le hemos tomado la matrícula para volver a recoger su fruto dentro de un mes, si es que los arrendajos nos lo permiten. También nos llama la atención un pino que se eleva por encima de los 20 metros, y un castaño al margen del sendero, fuerte y antiguo.

Encontramos un cartel informativo destrozado por un cartuchazo, y no quiero perder la oportunidad de destacar desde aquí la buena puntería del individuo responsable, así como, por otro lado, su limitada inteligencia. Un claro ejemplo del dicho "tienes más peligro que un mono con dos pistolas", pero en versión escopeta de cartuchos.

Llegamos al final del sendero "oficial" y emprendemos camino de vuelta por la pista forestal que cruza en aquel mismo lugar. El firme está en buen estado, y pienso en que gustazo sería hacer esa pista en bici, pero la pendiente es inexorable y no da tregua apenas en todo el recorrido de vuelta.
Paramos a comer junto a unos riscos, bajo unos pinos que nos hacen sombra porque a esas alturas el Sol estaba pegando de lo lindo. Olga se marca el detallazo de traerse una botella de Ribera de Duero del que damos buena cuenta (aunque seguimos echando de menos la bota de Angel, pero entre tanto...), y el menú gourmet no queda ahí, en el postre: granadilla, y tamarillo. Esto, junto con la hierba que identificó Antonio para ensalada, tan apreciada en Murcia y que ahora no recuerdo su nombre.

Después de la comida, foto de bandera, y vuelta al camino. Al poco tiempo llegamos al Mirador Barea, un mirador muy bien hecho y con unas vistas impresionantes de las sierras circundantes. Aún quedaban dos kilómetros de pista para llegar a la carretera principal, durante el trayecto vimos un par de venados moverse ágiles entre la vegetación, apenas una sombra. Y en una zona de umbría en el margen del camino, Antonio descubrió varias orquídeas.

Por último, y tras un pequeño recorrido por asfalto, cerramos el círculo y llegamos a los coches. Allí nos esperaba un enjambre de bichejos con querencia por el blanco, precisamente el color de las bermudas de Olga. Así que aligeramos el ritmo y nos metimos en el coche rápidamente, aunque también lo hicieron unos cuantos bichejos, que ibamos tirando por la ventana cada vez que nos hacíamos con uno de ellos. Alguno, seguro, llegaría hasta Almería.
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4 comentarios:

On 17 de mayo de 2009, 19:52 , Anónimo dijo...

que bonita la ruta!!!!y que gracioso eres joío!!!!jajaja...me parto de risa con tus crónicas!!!..a la proxima espero poder ir con todos vosotros.
un besico
mariquilla

 
On 18 de mayo de 2009, 9:34 , Motorizer dijo...

Buena crónica sí señor, y con un día magnífico. Gracias por no mencionar mi desgraciado accidente por intentar emular a la mona Chita. Ahora me parezco más al cojo Mantecas, y soy seria duda para futuras rutas.

 
On 18 de mayo de 2009, 13:12 , Fox Mulder dijo...

Jejeje... te has librado que no tengo todas las fotos, que son mi fuente de inspiración para la crónica... que si no algo habría comentado, ¡seguro!
En fin, ten en cuenta que eras el senderista más "maduro" que había colgado del árbol, normal que te caigas ;-)
Ya en serio: espero que sólo sea un mal golpe, y el sábado estés listo para la siguiente caminata.

 
On 19 de mayo de 2009, 11:21 , }{eaven dijo...

JAJAJAJJA, Ainsss Canela.... qué me gustan tus crónicas.... son WikiGuays... Siento mucho lo de tu chambergo, muchas gracias por perdonarme la vida.