Author: Motorizer
•domingo, mayo 31, 2009

IMG_6516

Tarde de domingo, ya empieza a apretar el calor, y decidimos irnos a repetir la ruta que hace dos años nos marcamos, buscando el Poblado del Oeste en ruinas del Coyote.

El punto de partida, el mismo pueblo de Tabernas, del que salimos, Dani el Marqués, Juan Miguel y un servidor, a eso de las seis de la tarde, arropados con gritos ánimo y júbilo por parte del público femenino que se nos cruza a nuestro paso (en otras palabras, nos llamaron, “tíos buenos”).

Tras empezar con un falso llano para entrar en calor, pronto tomamos la chicha del asunto, bajando frenéticamente hasta la rambla que no soltaremos hasta dentro de unos kilómetros.

El trazado del itinerario, lo lleva Dani en su móvil, que lleva integrado gps, y un maravilloso programa adecuado para ello (hasta con sonido de sirenas al puro estilo Tour de Francia). En una bifurcación, nos dice que tenemos que tirar por un camino que sube inexorablemente, y que no me suena de haberlo hecho la anterior vez. Pero pone poblado Western Leone, así que no acabaríamos en un pozo oscuro. La subida se las trae, y yo la subo muy chulito, ahí, de pie, como Marino Lejarreta. Consecuencia: lengua por los tobillos y más seca que una contestación de Chuck Norris ante una petición de limosna para el Domund. Dani nos trae dos noticias: una buena y otra mala. La buena, que sí, que el gps marcaba que ese era el camino, y que podíamos ver el poblado. La mala, que había que volver por donde habíamos subido y seguir por la rambla. Pues nada, para abajo.

IMG_6482

Se nota que este año ha llovido más y todo está más verde, incluso, tenemos que salvar algunos tramos con agua circulando por medio. Señores, ¡esto es BTT extremo!

IMG_6486

En medio del barrizal, encontramos a un compadre que se ha quedado con la C15 calada, y lleva empujándola él solo varios metros. Como buenos samaritanos riders (y del metal) prestamos nuestras hercúleas fuerzas para conseguir volver a arrancar el vehículo. Ya tenemos la buena acción del día.

Proseguimos, y en un despiste, seguimos rambla abajo, ya casi llegando al puente de la carretera, pero el Marqués y su gps nos muestran el camino, con un haz de luz poderoso bajando del cielo. Hay que retroceder de nuevo unos cien metros y meternos en otra rambla que se unía a la principal. Hay muchos conejos que se asustan a nuestro paso, yo creo que como no he visto en mi vida.

IMG_6490

Las paredes de la rambla son impresionantes, y paramos como en la anterior vez en un recodo, donde nos inmortalizamos.

IMG_6492

No, no parece que vaya a tirar ninguna falta Roberto Carlos.

Ya falta poco para llegar a nuestra meta, pero Juan Miguel toma las de Villadiego y se pasa la subida hasta el poblado, y a pesar de mis berridos, no consigo que se dé cuenta que hay que retroceder. Al final, regresa y cogemos las bicis al hombro para subir hasta el carril.

Ya casi hemos llegado. Lo que queda del decorado es más bien poco. El tiempo, y supongo que los vándalos se están encargando de deteriorarlo cada vez más. Entramos, pero ya no nos atrevemos a andar por ciertos sitios. Este lugar te pone la piel de gallina, pues las puertas chirrían, y te imaginas una escena de Abierto hasta el Amanecer si nos llega a pillar la noche allí.

IMG_6502

Nos hacemos las fotos de rigor y decidimos regresar, que el tiempo ahora corre en nuestra contra.

IMG_6514

Nos quedaba un obstáculo a salvar, una pista que sube salvajemente y que en la anterior ocasión la hice haciendo empujing. Pero no, le hemos echado lo que había que echarle, y llegamos como campeones a la verja, que tenemos que saltar (sin hacer comparaciones con otro odioso salto de la idem, que no voy a mencionar) y recogemos nuestro merecido premio: una bajada vertiginosa que nos hace poner las bicis a casi 70 kilómetros por hora, increíble.

Después del justo regalo, ya toca tomar la carretera hasta los coches, en el pueblo de Tabernas, cosa que se nos hace muy larga y tediosa, y un poco destrozapiernas, ya que hay muchas subidas largas y bajadas escasas. Pero cuando por fin vemos el destino, la meta, nos ponemos contentos como caracolillos en un día de lluvia. Lo hemos conseguido, hemos echado un buen rato de pedaleo por un sitio alucinante, solitario y a veces hasta fantasmagórico.

Los tesoros que tiene Almería.

This entry was posted on domingo, mayo 31, 2009 and is filed under , , . You can follow any responses to this entry through the RSS 2.0 feed. You can leave a response, or trackback from your own site.