Author: Fox Mulder
•domingo, febrero 01, 2009

No puedo decidirme por un titular para la jornada de ayer porque se me ocurren muchos.

"Corriendo bajo la lluvia" sería un titular válido y muy cinematográfico, aunque la que nos cayó no es que fuera muy fuerte, pero incomoda sobremanera, por no decir que te toca los cojones, que para dos días contados que llueve en Almería, precisamente sea este uno de ellos.

Desde luego, no valdría "El Grupo AFP en los 10 kilómetros saludables" porque aquello tenía que ser de todo menos saludable: casi dos horas a la interperie con el día que hacía, y la mitad del tiempo parados esperando que comience la carrera, o andando tras la salida fallida por un error en la organización... por mucho que quieran echar la culpa a unos corredores que se desviaron de la ruta. Vamos a ver señores, si un corredor se sale de la ruta, peor para él (independientemente de quién cometa la torpeza, ya sea la organización o el corredor), pero el resto tenemos derecho a una carrera digna, y a acabarla en buen estado de salud.

De ahí que "18.000 kilómetros solidarios" sea un buen titular, debido al kilómetro que tuvimos que hacer los 1.800 participantes de la carrera por la "face". Casi llevabamos 800 metros de carrera cuando la gente se queda parada y entre el desconcierto general, la gente empieza a dar la vuelta en dirección a la salida. Yo no daba crédito. Joder, que no estamos hablando de un proyecto de reingeniería inversa, es la simple organización de una carrera para 1.800 personas. Allí nadie sabía nada, ningún responsable apareció por allí para aclarar cosas, y cuando volvimos al interior del Estadio a refugiarnos de la lluvia antes de la siguiente salida, tampoco nadie informó de nada, aunque la megafonía en el interior del Estadio era pésima.

"Duelo fraticida". Bueno, sí, un titular muy propio de La Noria, El Diario de Patricia, y programas de esa calaña. Luigui y Jesús, por un lado, y mi hermano y yo por otro. También estaban los hermanos Segura (Antonio y Alex), o los hermanos Alcaraz (Jose, Jorge y la hermana, que ahora no recuerdo el nombre). Aunque el verdadero reto estuvo entre mi hermano y yo, porque si mi hermano, tras la lesión en la rodilla, no-sé-cuántos años apartado de la práctica deportiva, y toneladas y toneladas de alimentos procesados que pasan a formar parte de su tejido adiposo, era capaz de entrar por delante mia en la meta, puf, paqué-paqué-paqué... seguramente no hubiera podido pisar Retamar más en mi vida, y no sólo eso, quizás hubiera tenido que trasladarme a otro planeta.

En fin, una vez se dio la salida buena, permanecimos juntos desde la salida hasta la subida por la Avenida Federico García Lorca. Mi hermano fue el primero en despegarse del grupo, luego Jesús, y por último, viendo que cada cuál hacía la guerra por su cuenta, yo apreté un poco y me despegué de Luigui, que quedó rezagado del grupo. Cogí el ritmo de carrera bajando la rambla, y salvo momentos puntuales, como los desvíos para evitar charcos, aunque a esas alturas imagino que todos tendríamos los pies completamente empapados, y el bajoncillo al salir de la Avenida Mediterráneo, lo mantuve hasta el final.

A la altura del Palmeral vi a mi hermano y a Jesús por delante mia saliendo de la rotonda mientras yo entraba en ella, así que me puse a chupar rueda en la lejanía. Alcancé primero a mi hermano que iba con los ojos vueltos, y seguí detrás de Jesús, pero no hubo forma de alcanzarle y sólo conseguí rebajarle 3 segundos en los últimos dos kilómetros.

Bueno, una experiencia más, y a pesar de la mala organización, del nefasto día, y de los malos resultados, no faltan ganas de intentarlo de nuevo... ¿nos vemos en Roquetas?

Imágenes de nuestra entrada a la meta:

Jesús, y yo al fondo en chiquitillo.
Menda.
Murci.
Luigui al fondo en chiquitillo.
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